lunes, 25 de octubre de 2010

Calle Mayor. Santander del Norte o Norte de Santander?

¿Santander del Norte, o Norte de Santander?
Una reflexión gramatical con incidencias geopolíticas. Cúcuta 25 de octubre de 2010.
La celebración del centenario de la separación de los dos Santanderes, ha motivado que preguntemos el porqué de esa denominación tan incongruente de “Norte de Santander”, que nos hace aparecer como la zona norte del otro departamento, y no el de “Santander del Norte”, conforme en forma lógica lo propuso en 1904 el general Rafael Uribe Uribe al presentar al Congreso un proyecto de Ley, por medio del cual se creaban entre otros los departamentos de  Santander del Sur y Santander del Norte. (Citado por el historiador Luis Eduardo Páez García)
Este proyecto del general Uribe Uribe, quien nos conocía muy bien, atendía el deseo vehemente  de nuestras gentes de tener autonomía política y de ser departamento con capital propia. Para esos años Cúcuta y sus provincias vivían un esplendido  momento de desarrollo y prosperidad en todos los sectores y se resentían de una dependencia de Bucaramanga ciudad que a duras penas en ese momento emulaba a Cúcuta.
Este deseo autonomista hizo que entre 1904 y 1910 lo que hoy es nuestro departamento sufriera varias vicisitudes en su ordenamiento territorial. 
El historiador don Guillermo Solano Benítez, en su libro “Cincuenta años de vida Nortesantandereana”, dice que cuando, iniciado el año 1910, se supo la ponencia negativa a la existencia del departamento “…la reacción no se hizo esperar..” la prensa protestó y el periódico ´Ecos de Cúcuta´ su editorial del 18 de septiembre de 1909 dijo “Largo tiempo fue Cúcuta integrante del departamento Santander. Jamás necesitó que se le auxiliase con recursos de ningún género para los gastos de su administración. Pero sí remesaba anualmente a Bucaramanga los sobrantes de gran consideración cuyo paradero aún se ignora..?” Igualmente, el señor Solano transcribe el enérgico comunicado firmado por los notables de la ciudad cuando se recibió la noticia de que la comisión del congreso conceptuaba desfavorablemente a la existencia del nuevo departamento así: “Dictamen esa honorable comisión adverso existencia departamento de Cúcuta, contraría pro profundamente el sentir general de sus habitantes todos.  Rechazamos con toda la fuerza de nuestros corazones la reintegración por absurda; queremos existencia propia porque departamento Cúcuta se basta por sí solo y podría hasta pagar sus empleados del ramo judicial. Tenemos el dinero y exigimos que su inversión y distribución se haga a nuestro arbitrio, porque no somos tribu de carneros que vaya mansa, estúpidamente al eterno esquilmo”.  En esa época nuestra región tenía lo que se llamaban “notables”, es decir personas cívicas, sin ánimo de lucrarse a expensas de contratos, etc.
La indignación popular motivó que de manera urgente el 25 de mayo de 1910 el general Benjamín Herrera y el doctor Emilio Ferrero presentaran un nuevo proyecto de ley de un solo artículo sobre la creación del departamento Norte de Santander, formado por las provincias de Cúcuta, Pamplona y Ocaña. (años después se creó la provincia de Ricaurte capital Chinácota)  La premura en aprovechar el momento llevó a quienes lideraron la iniciativa a incurrir en el error de denominación del departamento que se proponía crear y en la redacción del proyecto de ley. Una buena redacción hubiere dicho más o menos: “El departamento que actualmente se denominada Departamento de Santander, se divide en dos entidades territoriales que se denominarán Santander del Norte y Santander del Sur…/…”  O en últimas crear el departamento desmembrándolo de Santander pero dándole el nombre de Santander del Norte.  Lamentablemente no fue así.
Las consecuencias del desacierto en el nombre saltan a la vista: cuando nos referimos a un hecho  sucedido al norte de cualquier departamento decimos al norte de Antioquia, o al norte del Valle, etc. Si nos referimos a la región situada al norte de Bucaramanga se dirá al norte de Santander, entrándose en la confusión que solo se define con el uso de la mayúscula en la palabra Norte.  Así Ocaña está situada al norte del Norte de Santander, y Chitagá al sur del Norte de Santander.
Po ello los vecinos del sur se refieren a nuestro departamento como si fuera la parte norte de su departamento, el norte de Santander. Las denominaciones mal empleadas conducen a sentimientos de dependencia o subordinación. En la práctica lo vemos: Las dependencias oficiales de carácter nacional, y muchas entidades privadas (bancos, etc.) manejan sus dependencias desde Bucaramanga y solo tienen oficinas subalternas en Cúcuta.
Tal vez por  esas razones de evitar criterios de subalternismo, las señoras casadas de ahora se quitaron el “de” de sus apellidos: ya no dependen del apellido del marido.

martes, 19 de octubre de 2010

Varios temas

Varios temas cortos.
¿Una noticia mal titulada?
El diario local del viernes 15 titula en primera página “Gremios cuestiona puente de Tienditas”
Al leer el titular supuse que algunos sectores gremiales se oponían a que se construyera este nuevo puente internacional ubicado entre San Antonio y Ureña y que entraría a Colombia por el sector de Lomitas. Proyecto largamente estudiado y recomendado por las comisiones binacionales, y que será sometido a aprobación por los dos presidentes en su próxima reunión.  Me dije a mi mismo que esa sería otra incongruencia de nuestra clase dirigente. Pero al leer el desarrollo de la noticia encontré que los llamados “Gremios” era solo la opinión de solo un dirigente del gremio transportador de Ureña que ejerce igualmente la presidencia de la Cámara de Comercio de ese lugar. No se mencionan más gremios.
Al avanzar en la lectura de la noticia, encontré que los supuestos cuestionamientos a la ejecución  del necesario puente internacional, no eran cuestionamientos ni oposición a que se construyera. Por el contrario creo entender de la redacción de la noticia que el dirigente gremial se quejaba de que después de doce años de estar proyectado no se hubieren iniciado estudios y diseños. Y añadía que también deberían tratarse otros temas necesarios para el desarrollo vial de lado y lado de la frontera.
En resumen un mal título que induce a confusiones. Bienvenida la aprobación y ojalá a la próxima construcción del puente de Tienditas que generará una activa zona portuaria y aduanera y descongestionará los ya difíciles pasos de Ureña y San Antonio.

El POT
Los sectores vinculados al desarrollo urbanístico de la ciudad se han mostrado justificadamente inconformes por la manera hermética en que se ha venido preparando el proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Cúcuta, que vendrá a actualizar y remplazar el aprobado hace diez años.
La discusión de un POT debe involucrar a varios sectores de opinión que por su experiencia en el manejo del urbanismo, de las tendencias y vocaciones del uso del suelo, de la oferta y demanda de determinados tipos de vivienda, de las preferencias de los adquirentes de inmuebles,  pueden aportar valiosas ideas para hacer un POT a la medida de los deseos y necesidades de la ciudad, y no simplemente a copiar planes de otros municipios.
Los urbanistas, arquitectos, constructores y los inmobiliarios, a través de sus respectivas asociaciones deben ser convocados con voz y voto en las deliberaciones previas a la presentación del proyecto de POT al concejo. Así se podrá acertar en la calificación de los usos permitidos, de la extensión de la calificación de terrenos urbanos, de la creación de parques y zonas verdes y recreacionales, etc.
La elaboración a escondidas de un POT puede dar lugar a interpretaciones de que trata de hacer favorecimientos personales a los propietarios de terrenos que hasta el presente no podían dedicarse a desarrollos urbanos.

Chila Mogollón.
Pamplona y el departamento han perdido a una persona cívica, culta, amable, líder, amante de su terruño. Por eso y por mucho más Chila es inolvidable.
La recuerdo como Alcalde de Pamplona por el mismo tiempo en que me tocó ser alcalde de Cúcuta.
Para su esposo Fernando Villa Quintero, intelectual y columnista de talento una voz de solidaridad y de ánimo. Al igual que a sus hermanos y cuñados.

lunes, 11 de octubre de 2010

Con Chavez no es posibe ser optimista

Lunes 11 de octubre de 2010
Con Chávez no es posible ser optimista.
A lo sumo ligeramente pesimista
Álvaro Villamizar Suárez
Por deferencia del presidente Virgilio Barco, y luego por ratificación de los siguientes mandatarios y hasta mediados de la primera administración Uribe, fui miembro de la Comisión Presidencial para la Integración, inicialmente llamada Comisiónes de Vecindad, luego Comisión Presidencial de Asuntos Fronterizos COPIAF. Fueron doce años de activa participación (ad honoren) en sus periódicas reuniones, tanto plenarias como temáticas.
Sin falsa modestia puedo hablar con conocimiento de causa de todos los aspectos que motivan las relaciones de todo tipo entre una y otra nación y en especial de la manera de negociar con los vecinos, lo cual no era fácil antes de Chávez, y ahora con Chávez mucho menos fácil. Lo mismo que podría hacer Jaime Pérez López, quien se nos adelantó en la marcha, o Enrique Vargas,  José Antonio Lizarazo o Alberto Santaella. Y lo mismo que pueden hacer personas como José Neira Rey, verdadero conocedor de la temática de relaciones de frontera, o Alberto Lobo quien fue secretario de la Comisión.
Todo este preámbulo a raíz de la reunión, la semana pasada, de los dos cancilleres acompañados de las respectivas comisiones (a propósito desconocemos los nombres de sus integrantes y quienes de ellos son oriundos o vinculados a esta frontera), reunión de la cual nos enteramos por las noticias de prensa y de las respectivas fotos que  nos muestran a los participantes incómodos y apretujados en poco protocolarias sillas plásticas rimax. Y también la Opinión nos infiorma que se le impidió el acceso al doctor Neira Rey. Seguramente los organizadores no deseaban que fueran opacados por quien de verdad si sabe de estos termas.
Al rememorar las diversas etapas en que se desarrollaron las actividades de la extinguida COPIAF, y el porqué de su extinción después de unos resultados tan exitosos, vale la pena sacar conclusiones que nos permitan abrigar un ligero y tímido optimismo por la nueva etapa que se abre en las relaciones binacionales. Yo por mi parte solo tengo un leve pesimismo.
1. En sus primeros años, cuando gobernaban dos hombres de frontera: Virgilio Barco y Carlos Andrés Pérez, de los diez comisionados presidenciales, cuatro comisionados eran nortesantandereanos, la Guajira, el Cesar, Arauca y Santander del Sur un comisionado cada departamento. El canciller y en su suplencia la vicecanciller y el Director de Fronteras completaban los diez comisionados. A las comisiones las apoyaban asesores gubernamentales en las diversas ramas.
2. Inicialmente la temática era estrictamente fronteriza y se encaminaba a lograr que se reconociera que las zonas limítrofes desarrollan usos y costumbres comerciales, sociales, etc., que cada país debe respetar y mantener como política de estado, inalterables e independientes de los gobiernos de turno de cada país. Era lograr el reconocimiento de ciertos fueros especiales implantados por la costumbre y la necesidad de mutuo intercambio.
3. Los primeros años fueron  extraordinariamente fructíferos en acuerdos que mejoraban el buen vivir de nuestras gentes.
4. De un momento a otro, se hizo presente la “Apertura Comercial”, y la comisión empezó a ocuparse de temas diferentes a los de la vida de frontera. Se negociaron los acuerdos comerciales que permitieron un impetuoso crecimiento de las exportaciones colombianas a Venezuela. Pero simultáneamente se fue cambiando la composición de la Comisión. Poco a poco se quitó representación a los departamentos fronterizos y vimos sentados en las comisiones a empresarios bogotanos, antioqueños y caleños. El Presidente de la comisión ya no volvió a ser nortesantandereano. Los temas de los grandes acuerdos comerciales desplazaron los asuntos propios de la vida de frontera. Una vez que se lograron los acuerdos de exportaciones, la comisión empezó a languidecer. La apertura mató a la integración fronteriza y el ministerio de Comercio absorbió el tema de las conversaciones
5. La falta de elevar a política de estado las regulaciones de la vida de frontera (que son bien diferentes de las relaciones entre cancillería y cancillería y de los tratados comerciales) dio como resultado que las discrepancias entre los talantes de cada presidente y las políticas de cada gobierno, distorsionaran la vida de frontera al punto de que se paralizaran las ciudades fronterizas y que el pasar de Colombia a Venezuela dejara de ser agradable.

Conclusión: Las negociaciones entre las actuales comisiones, integradas por personas cuyos nombres no conocemos, ni sabemos si son oriundos de las fronteras mismas, y el destierro a que condenan a personas como Neira Rey, que si saben del tema, sumados a las veleidades del temperamento del comandante Chávez, no permiten el optimismo sobre la duración de esta forzada luna de miel. A lo sumo un moderado pesimismo. Todo con el comandante es condicionado a sus explosiones temperamentales. Creo que los exportadores colombianos deben aprender la lección, que sigan abriendo otros mercados para evitar la dependencia de un solo comprador que además de temperamental es conocidamente mal pagador. Y si venden que hagan realidad el viejo dicho “Plata en mano, y…. Mercancía en tierra.”




 





jueves, 7 de octubre de 2010

Calle Mayor

Un saludo a mis amigos y antiguos lectores de Calle Mayor. Quien ha escrito y deja de escribir, siente un vacio y reincide. Durante muchos años, mantuve en los medios locales, La Opinión, El Comercio en su breve existencia y en RCN, mi columna Calle Mayor, en donde siempre enfoqué temas regionales,  y en algunas oportunidades asuntos de interés nacional.
La verdad es que nunca he dejado de escribir. Lo que he dejado es de publicar lo que escribo.
El Blog que nos suministra la internet, permite a todos las personas dar a conocer sus ideas. Por ello he abierto este blog que denominado con el mismo título de mi tradicional columna: Calle Mayor.
Hoy traigo un tema de tipo nacional. Luego publicaré mis opiniones sobre aspectos de nuestra ciudad y nuestra región.
Álvaro Villamizar Suárez
La escena es repetitiva y sucede en todos los sitios concurridos de cualquier ciudad: un ladronzuelo acaba de efectuar un raponazo, la gente grita pidiendo que agarren al ladrón,  un policía aparece corre y lo alcanza, este se resiste, el policía le aplica un golpe y se forma una gresca entre ladrón y policía, en donde el ladrón lleva la peor parte pues recibe bolillazos. Por fin es reducido y llevado a empujones. En ese momento alguien grita: Policía bruto no lo maltrate, otro dice suéltelo, otro afirma: policía fascista, ¿no ve que es un pobre muchacho?, luego en coro todos se van contra el policía, y el ladrón termina como una heroica victima de la autoridad. Y además se va con el reloj, la cadena o el celular que ha robado.
Cuando la senadora liberal que ya sabemos, posaba con los guerrilleros luciendo sus mismos atuendos, cuando clamaba en foros internacionales que los países del mundo debían romper relaciones con Colombia,  todos pedían su condena y al igual que con el ladronzuelo en coro pedían que la cogieran.
Cuando por fin, el organismo encargado de vigilar y juzgar la conducta de los funcionarios públicos,  resuelve cumplir con su deber y abre la respectiva investigación administrativa (que no es penal, lo cual le corresponde a la Corte y a la fiscalía), sucede lo mismo que al policía que captura al ladrón: el malo es el policía y la victima es la senadora que ha ofendido el sentimiento nacional. Y expresan solidaridad y apoyo, y escriben emotivos artículos repudiando al Procurador a quien critican por su abierta profesión de su fe católica. Todo ello sin que hasta ahora ninguno de los defensores de oficio pueda decir que ha analizado detalladamente el fallo, estudiado las pruebas que lo sustentan para poder decir, sin impulsos emotivos si el fallo es basado en pruebas o solo en suposiciones.
Si el Procurador, hubiere sido un agnóstico o un católico vergonzante, o un izquierdista beligerante, ¿cuál hubiera sido el curso de la investigación (en caso de que se hubiere abierto investigación) y cuál el fallo? Y si un Procurador agnóstico en virtud de las pruebas, hubiere  proferido un fallo sancionatorio, las reacciones, absoluciones y apoyos mediáticos hubieren sido los mismos?.  Y a propósito de creencias religiosas o políticas, nadie critica o cuestiona las decisiones, fallos o actuaciones de funcionarios abiertamente antirreligiosos, o fanáticamente izquierdistas. Pareciera que solo es criticable el ser practicante de una religión, en especial si es la católica.
Podemos decir que gracias a la polarización de opiniones frente a las actuaciones de la guerrilla, de los paras, o de la fuerza pública,  en Colombia existen personas irremediablemente condenadas o irremediablemente absueltas por los medios de comunicación, así las pruebas digan lo contrario. Se habla de “delitos de opinión”, mejor sería decir que existen “condenas y absoluciones de opinión impartidas por los medios”.
Absoluciones y condenas mediáticas.