martes, 11 de octubre de 2016

¿GUERRA CIVIL EN COLOMBIA?

¿GUERRA CIVIL?
El premio Nobel de la Paz otorgado por Noruega al presidente de Colombia Santos es sin duda un premio que no podemos objetar. Es merecido pues el presidente ha hecho como objetivo central de su gobierno llegar a un acuerdo, al precio que sea, con la guerrilla de las FARC. Además es oportuno pues compromete a las FARC con su desarme y sus declaraciones de desear la paz.
Era un premio cantado como fijo. Noruega es uno de los tres países “acompañantes” del proceso, junto con Venezuela y Cuba, cuyos gobiernos son algo más que simpatizantes de las FARC.
Tampoco olvidemos la vinculación, llamémosla generosa, de Noruega con su oficina en Colombia del Consejo Noruego para Refugiados NRC, y con la presencia de numerosas ONGs noruegas como: Fondo Noruego de los Derechos Humanos, Cruz Roja Noruega, Aldeas Infantiles SOS, Hogares Juveniles SOS, Escuela SOS Hermann Gmeiner, Centros de Formación Profesional SOS, Centros Sociales SOS. Brigadas Internacionales de Paz (PBI), Caritas Noruega, La Confederación Nacional de Trabajadores de Noruega (LO) que colabora con la Unión Sindical Obrera de la Industria del Petróleo de Colombia (USO), y Ayuda Popular de Noruega.
A estas circunstancias se agrega el informe que acaba de aparecer en el diario ABC de  Madrid escrito por el columnista Ramón Pérez-Maura el domingo 9 de octubre y que tituló “Lo que cuesta ganar un Nobel de la Paz”. Se inicia recordando que el gobierno  noruego ha gastado buenas sumas en pagar al abogado español Enrique Santiago, conocido y exitoso asesor de las FARC. Luego anota algunas coincidencias: el gobierno de  Noruega a través de su estatal petrolera Statoil, tiene gran interés en adquirir concesiones en Colombia y logró que el gobierno de Colombia otorgara a Statoil una participación en el bloque COL-4 en la zona Tayrona y otra en aguas frente a la Guajira (informado por El Tiempo 4 de septiembre de 2014). Otra coincidencia: La señora Kaci Kullmann Five fue la vocera que anunció el otorgamiento del premio, la vimos en los noticieros de TV. Esta señora fue ministra y luego miembro del consejo de administración de Statoil, y es ahora  la Presidente del Consejo que otorga el premio  Nobel de la Paz.  
Pero el objeto de mi columna, no es el cuestionar el  premio ganado por el presidente Santos, el cual es reconocido como merecido.
Mi cuestionamiento e inquietud es que en las consideraciones para justificarlo se diga se le otorga por sus esfuerzos para lograr el fin “la Guerra Civil” en Colombia. Más adelante se insiste en la palabra “Guerra Civil”.
¿Guerra Civil en Colombia? Hasta hace pocos días se hablaba de “conflicto armado” Hasta hace unos meses todos coincidían en calificar a las FARC, como terroristas, asesinos, violadores, secuestradores, narcotraficantes, usurpadores de tierras y bienes, culpables de desplazamiento masivo de campesinos, y de casi toda la gama de delitos que enuncia el código penal, delitos calificados como de lesa humanidad a nivel internacional.
De un momento  otro, y para que no se molestaran los señores de la guerrilla el gobierno sugirió calificativos menos duros: ya no se les podía tratar de terroristas ni de responsables de esos delitos. El narcotráfico era un delito político por ser “conexo” al delito de rebelión, no teníamos secuestros sino “retenciones”, etc.  De terroristas pasaron  ante el mundo a ser estadistas que discutían de tu a tu un tratado más que un acuerdo.   Pero pese a todas estos nuevos adjetivos y concesiones lingüísticas,  nunca se les dio el status de ser contrapartes de un gobierno legítimo en una “guerra civil”.
Si la señora Kaci Kullmann presidenta del comité del  Nobel de la Paz  considera que existe una “Guerra Civil” con las FARC, es necesario responder varias preguntas: ¿Es adecuado hablar de una Guerra Civil en Colombia?  ¿Saben la diferencia entre una Guerra Civil y un  movimiento guerrillero subversivo?  ¿La guerrilla ejerció o ejerce control total, es decir gobierno,  sobre una buena parte del territorio  nacional?  ¿La situación o conflicto armado de Colombia es una guerra civil como la actual situación  de Siria, o la que se vivió hace años en Estados Unidos o en España en  1936?
Otra pregunta: ¿si el conflicto con  las FARC es una guerra civil, entonces  el conflicto con el ELN debe ser considerado también como otra guerra civil?  Y como tenemos más conflictos armados, como los Urabeños, Los Ratrojos, etc., ¿también  serán calificados por los  noruegos como guerras civiles?
Alguien deberá decirles a los señores noruegos que el premio está bien adjudicado, pero muy mal sustentado calificando nuestro conflicto armado como una Guerra Civil. Y por favor que no equiparen a los líderes de esa verdadera guerra civil nuestra de 1900, llamada Guerra de De los Mil Días, Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera por el lado rebelde, con Tiro Fijo, Timochenko y demás líderes de las FARC.
Y finalmente, dolernos de que el gobierno quiera hacer creer que el derecho de cuestionar algunos puntos del acuerdo, no es ser enemigo de la paz. Afortunadamente el pueblo  no tragó entero y el NO debe entenderse como un repudio a la violencia. Que todos amamos la PAZ, y que se ha dado la oportunidad de corregir errores que conduzcan a una paz verdadera, estable y justa.