viernes, 29 de agosto de 2014

LOS SEIS FELIPES DE ESPAÑA

LOS SEIS FELIPES DE ESPAÑA.
De Felipe I a Felipe VI

Don Felipe de Borbón y Grecia, reinará como Felipe VI de España, el hecho de ser el sexto Felipe, me indujo a curiosear sobre los anteriores Felipes que en siglos anteriores reinaron en España y su vasto imperio. Pero previamente me remonto a uno de los primeros Felipes de la historia antigua: Filipo II de Macedonia, el padre de Alejandro Magno. Felipe es por lo tanto un  nombre griego y es interesante conocer su etimología:   en griego Φίλιππος (filos): ‘amigo’; e ἵππος (ippos): ‘caballo’. “Amigo de los caballos”, lo cual puede aplicarse  muy  bien a  varios Felipes de España. (cita aportada por Roger Huet).

Felipe I el Hermoso. Nació en 1478 en Brujas, hoy Belgica, y en esa época parte del sacro imperio austríaco. Hijo del emperador  Maximiliano I de Austria y de María de Borgoña. Para fortalecer la alianza hispano austriaca y enfrentar a Francia se pactó casar a Felipe con la Infanta Juana, hija de los reyes Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla. Los casaron en Bélgica en 1496. La muerte de la reina Isabel convirtió a Juana en heredera de la corona española, y a su esposo Felipe en Rey consorte de España. Con él se inició la dinastía llamada casa de Austria o dinastía de los Habsburgo en territorios de la actual España.
De este matrimonio nació Carlos de Habsburgo. Quien años después sería conocido como Carlos V emperador del Sacro Imperio y  Carlos I como Rey de España
Felipe I Pasó a la Historia con el apelativo de don Felipe el Hermoso y por sus aventuras extraconyugales. Murió  en Burgos a sus 28 años, cuando se dirigía a Madrid.
La reina doña Juana I, enloqueció. Se negó a dejar enterrar a su esposo y paseó su cadáver desde Burgos hasta Sevilla, en un maloliente cortejo fúnebre. Se ganó el nombre de doña Juana “la loca”.
Felipe I El Hermoso
No confundir a este Felipe I El Hermoso, con otro del mismo  nombre: Felipe IV el Hermoso, Rey Capeto de Francia en el siglo XIV, famoso por su pelea con los Papas y por haber condenado a la hoguera a los caballeros templarios y por la maldición le hizo el gran maestre templario Jacques de Molay desde la hoguera: “Papa Clemente, rey Felipe: antes de un año yo os emplazo a comparecer ante el tribunal de Dios para recibir vuestro justo castigo. ¡Malditos, malditos! ¡Seréis malditos hasta la trece generación de vuestra estirpe!”  Por cierto que la maldición se cumplió y antes del año el Papa y el rey habían muerto.  

Felipe II de Austria. Hijo del emperador Carlos V (Carlos I como rey de España) e Isabel de Portugal, nació en Valladolid el 21 de mayo de 1527.  Antes de ser rey de España un matrimonio con María I de Inglaterra, lo convirtió  temporalmente en rey de Inglaterra,  entre 1554 y 1558.  Al morir María, Felipe  dejó de ser rey. A María la sucedió su hermana media  Isabel I de Inglaterra, enconosa enemiga de Felipe.
Subió al trono cuando Carlos V de Alemania y I de España abdicó.
Felipe II gobernó directamente y con mano fuerte. Oprimió cruelmente a los países bajos que estaban sometidos a España. Consolidó la conquista y consolidación de las colonias americanas. Sus navegantes llevaron su imperio hasta el oriente. En su honor se denominaron las Islas Filipinas, y  en  Cartagena el gran castillo fortaleza de San Felipe.
Su personalidad es muy controvertida históricamente. Su carácter sombrío y sus trajes negros al igual que su fanatismo religioso y su encono contra Inglaterra, lo hacen ver ante los anglosajones como un déspota.
En España se le reconoce que en su reinado se impulsaron la navegación, la colonización y poblamiento de América y la colonización del oriente asiático que convirtieron a España en la primera potencia mundial.  El imperio español se extendió por todos los continentes de la tierra, por lo cual resulta cierta la afirmación del rey de que “en mi imperio no se pone el sol”. Fue  Felipe II quien convirtió a Madrid como capital de España.
Felipe II embarcó a España en permanentes y ruinosas guerras que consumían todas las riquezas que venían de las colonias. El pueblo sufrió de hambre, reclutamientos y devaluación. Es en estos años, cuando se incrementa la salida de españoles a América en busca de mejores horizontes.
Felipe II acumuló una enorme cantidad de títulos, reinos y colonias:Rey de Portugal. Soberano de los Países Bajos. Duque de Borgoña. Rey de España, Sicilia y las Indias.
Cuatro veces se casó y cuatro veces enviudó. Su tumba la rodean las estatuas de sus esposas: María Manuela de Portugal. María I de Inglaterra. Isabel de Valois.  Ana de Austria
No puede pasarse por alto una desgraciada y novelesca historia que vincula al Rey Felipe II con su hijo don Carlos y que ha dado lugar a novelas y a la ópera Don Carlos. 
El príncipe Carlos nació en 1545, hijo de su primera esposa María de Portugal. Sus problemas mentales eran evidentes y se achacan a una genética debilitada por los matrimonios entre familiares cercanos. Su padre Felipe, había acordado con el rey de Francia que  Carlos se casara con Isabel de Valois,  nieta del rey. Pero luego Felipe determinó que era él quien debería casarse con Isabel. Este es el argumento de la opera que presenta a don  Carlos como un romántico joven desplazado por su propio padre. La verdad histórica revela que en su locura conspiró contra su padre para liberar a los Países Bajos, que intentó acuchillar al Duque de Alba y ante su peligrosa locura obligó a que se le recluyera como prisionero.
A los 41 años Felipe II de nuevo viudo y sin descendencia masculina vivió los años más difíciles de su reinado: rebelión en los Países Bajos y las Alpujarras. Avance del protestantismo. Los asaltos de los piratas ingleses en el Atlántico y musulmanes en el Mediterráneo.  Se casa por cuarta vez, con Ana de Austria, hija de su primo el emperador Maximiliano II. De este matrimonio (otra vez entre primos) nace quien sería el futuro tercer Felipe.
Pese a su carácter sombrío, los chismes que se cuelan entre las cortinas de las historias palaciegas, sugieren que Felipe II no fue indiferente a la belleza, gracia e inteligencia de la bella Princesa de Éboli la del ojo tapado con el conocido parche  negro, y quien fuera una de las mujeres más poderosas y  bellas de la España de esa época: Doña Ana Mendoza de la Cerda conocida como la Princesa de Éboli, era la única hija de don Diego Hurtado de Mendoza, virrey de Perú. Ella es un personaje novelesco de la cual vale la pena una crómica futura.
En lo personal, pese a su poderío Felipe II fue un rey que nunca ostentó, vestía sin pompa, como un burgués común y corriente se paseaba a pie desechando la carrosa, y pese a ser muy parco en palabras conversaba con la gente con la que se encontraba. Tenía fama de nunca sonreír.
 

Felipe III el Piadoso.
Nace en Madrid el 14 de abril de 1578. Fallece a los 42 en 1621. Rey de España y de Portugal desde el 13 de septiembre de 1598 hasta su muerte.
En 1598 lo casaron con la archiduquesa Margarita de Austria-Estiria, nieta del emperador Fernando I.
Consciente de sus limitaciones intelectuales y políticas y para poder disfrutar de sus aficiones: el teatro,  la pintura, los caballos y la caza delegó los asuntos de gobierno en manos de ministros. Creo la institución del “Valido” para designar con ese título a un superministro  dotado de enormes poderes. Fue famoso como Valido el duque de Lerma, quien gobernó con todos los poderes, logró grandes triunfos militares y diplomáticos pero malversó en su propio beneficio la hacienda pública. El duque fue muy controvertido y el rey se vio obligado a despojarlo de sus poderes. Caído  en desgracia por sus dudosos manejos, para evitar ser juzgado se hizo ordenar como Cardenal. Este famoso Duque fue uno de los inventores del boon inmobiliario pues se dedicó a la compra masiva de propiedades.
Le correspondió al reinado del tercer Felipe el llamado Siglo de Oro literario. Miguel de Lope de Vega, Quevedo,  Góngora. Igualmente fue la época de los grandes pintores. Bajo su reinado España consolidó su máxima expansión territorial.
Felipe IV. En 1621 fallece Felipe III y le sucede su hijo Felipe IV.
Nació en Valladolid en 1605 y fallece a los 60 años en Madrid. Tuvo un largo reinado: más de 44 años.
Continuó con el estilo de gobernar apoyado en “validos”, haciéndose famoso don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares.
La figura del Conde-Duque en cierta forma opaca la imagen del rey. Por ello muchos capítulos de la historia referencian más intensamente a Olivares que al Rey. Inclusive su personalidad compleja y muy interesante fue analizada por el gran don Gregorio Marañón, en su libro novela “Historia de un  Resentimiento”.
Como todo poderoso termina por caer, el Conde-Duque de Olivares cayó en desgracia ante el rey quien ordenó su destierro. Felipe IV se vio obligado a asumir más directamente el gobierno, asesorado por ministros menos poderosos: Luis Méndez de Haro, y el duque de Medina de las Torres. Se inicia el famoso resentimiento del Conde-Duque de Olivares.
Las enconosas rivalidades entre la católica España de los Felipes y la protestante Inglaterra de Isabel, se mejoraron cuando a la muerte de Isabel I de Inglaterra, llegó al trono ingles Jacobo I de Inglaterra, quien en 1604 firmó la Paz de Londres, y las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambos países mejoraron.  El rey Jacobo quiso casar a su hijo Carlos, Príncipe de Gales,  con la infanta María Ana de España y se iniciaron  las negociaciones matrimoniales. 
Siglos más adelante  el fallido amor del príncipe  Carlos da el argumento para una novela de Pérez-Reverte y su famoso Capitán Alatriste: Carlos el joven y apuesto Príncipe de Gales enamorado de su hasta en ese entonces desconocida infanta María Ana, y como las negociaciones se demoraban, resuelve ir de incognito a España a conocer y enamorar a la infanta, acompañado de su amigo igualmente joven el duque de Buckingham. Carlos  no es bien recibido y regresa profundamente resentido a Inglaterra. Este fracasado viaje romántico es la base de la  novela. Carlos poco después es coronado rey de Inglaterra y toma revancha declarando la guerra a España. Se ha iniciado la llamada Guerra de los 30 Años. Carlos I infortunado en el amor, también lo fue en la política. Derrotado por Cromwell,  es depuesto,  juzgado y decapitado. Trágico fin para un  romántico rey.
Volviendo al famoso Conde-Duque se le anota que se propuso frenar la corrupción administrativa, o por lo menos “reducirla a sus justas proporciones” y para este fin estableció que todo funcionario tenía que entregar un inventario de sus bienes al entrar y salir de sus cargos.
En el reinado de Felipe IV se agravaron las relaciones con Cataluña, siempre renuente a acatar las disposiciones del gobierno central y a hacer valer sus fueros históricos.
De levantamiento y motines se pasó a la ruptura con Madrid.  Se inició la guerra entre el rey de España y Cataluña. Tras 15 meses de asedio, Felipe IV logró tomar Barcelona. Es una vieja historia, con resentimientos que reviven en los momentos actuales.
Se destacó por su apoyo a las letras y las artes. De su pasión por la pintura queda constancia en el Museo del Prado en donde posa gallardamente a caballo. En fin de fines es un  Felipe.
Felipe IV contrajo matrimonio en 1615 con Isabel de Borbón (hija de Enrique IV de Francia) con quien había sido prometido a la edad de 6 años. Su heredero  Baltasar Carlos príncipe de Asturias murió adolecente y  no reinó. Se inmortaliza con el regio cuadro que muestra al joven príncipe niño a caballo y que se admira en el museo del Prado.
Viudo  de Isabel, se caso con su sobrina Mariana de Austria  hija del matrimonio entre su hermana María Ana de España y el emperador Fernando III de Habsburgo.  De ese matrimonio solo era de esperar una descendencia tarada. Así fue: su hijo, el rey Carlos II, llamado El Hechizado, pobre personaje en quien se dieron cita todos los retardos físicos y mentales. Con el terminó la dinastía de la casa de Austria o de los Habsburgo.
En lo personal Felipe IV es descrito por sus biógrafos:  “… como un hombre de carne y hueso, apasionado de las artes, en especial de la pintura y el teatro, inteligente, muy culto y lleno de ganas de vivir, aficionado a la caza, a los toros y a las mujeres (con predilección por estas últimas).
Esta afición se evidencia con la larga (casi que telefónica) lista de sus hijos extramatrimoniales, que por cierto siempre fueron dotados de títulos importantes y que por no ser hijos de su esposa prima y sobrina, no resultaron con taras y retrasos. A título de chisme vale la pena dar un listado (dicen que apenas parcial) de esos hijos que prueban la gran afición de Felipe IV por las mujeres:  
Fernando Francisco Isidro de Austria, con María de Chirel.
Juan José de Austria con la actriz María Inés Calderón. Presidió el gobierno entre 1677 y 1679.
Alonso Henríquez de Santo Tomás, con Constanza de Ribera y Orozco, dama de honor de la reina Isabel de Borbón. Obispo de Málaga.
Alonso Antonio de San Martín con Mariana Pérez de Cuevas. Obispo de Oviedo y Cuenca.
Fernando Valdés (1638 - 1702), con Ana María de Uribeondo. Gobernador de Novara.
Carlos Fernando de Austria con Casilda Manrique de Luyando y Mendoza guarda mayor de las damas de la archiduquesa Mariana de Austria.
Juan Cossío con Teresa Aldana. Fue monje agustino y predicador desde 1655.
Ana Margarita de Austria, habida con Margarita de La Escala. Monja priora del madrileño Real Monasterio de la Encarnación.
Buen papá si fue.

Felipe V de Borbón, rey de España
Llamado el Animoso (¿animoso??), nació en  Francia en el palacio real de Versalles, en 1683, y muere en Madrid en julio de 1746.
Este príncipe francés llega a ser rey de España pues al  morir Carlos II “El Hechizado”, sin poder tener descendencia dada sus taras físicas y mentales, España se quedaba sin rey.
Por acuerdos diplomáticos entre los ministros españoles y el rey de Francia se acordó elegir a Philippe de Bourbon, duque de Anjou, nieto por tanto del rey Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, infanta de España.
Llegó a España para aprender español y ser coronado rey en 1700 iniciándose con él la dinastía de los  Borbónes en España.
Su título de rey fue desconocido por el emperador de Austria iniciándose la llamada guerra de sucesión Española, finalmente ganada por el rey  Borbón.
Gobernó auxiliado por importantes ministros y en especial por su segunda esposa Isabel Farnesio.
Bien pronto fue evidente que la salud mental del rey era deplorable. Sufría de permanentes depresiones y de rasgos de locura. En enero de 1724 abdicó en favor de su hijo Luis quien muy joven asumió el trono. Pero Luis I falleció ocho meses después. A la  muerte de su hijo se presentó el dilema de si un rey que había abdicado podía reasumir el trono, o si su otro hijo menor debería ser el rey. A sus ministros les interesaba el retorno de Felipe pues ya definitivamente loco lo  podían manipular  junto con su esposa. Por ello Felipe reinó dos veces.
Su demencia era tan evidente que debían tenerlo oculto.  Se narra que “ se había empeñado en llevar siempre una camisa usada antes por la reina, porque temía que le envenenasen con una camisa; otras veces prescindía de esa prenda y andaba desnudo ante extraños; se pasaba días enteros en la cama en medio de la mayor suciedad, hacía muecas y se mordía a sí mismo, cantaba y gritaba desaforadamente, alguna vez pegó a la reina, con la cual se peleaba a voces y repitió tanto sus intentos de escaparse que fue preciso poner guardias en su puerta para evitarlo. …” También se decía que el rey decretó que estaba muerto y solo resucitaba si el famoso castrati Farinelli acudía a su palacio y cantaba.

Felipe VI. Es el actual joven rey de España y su figura es muy conocida pues tanto la llamada prensa o revistas del corazón, como los medos serios le reconocen méritos y preparación, además de la independencia, que le llevó a desechar los protocolos matrimoniales de conveniencia política para casarse por amor con la bella reina Letizia. Como sabemos a través de los medios, Felipe es un rey moderno, educado para ser rey. Pasó como cadete por todas las armas: ejército,  marina, aviación, estudió en prestigiosas universidades y tiene carisma.  Pese a lo anticuado que suena eso de tener rey, a varios países europeos les agrada esa institución y la mantienen Esperamos que le vaya bien.

Felipe I El Ermoso
Felipe II

Felipe III

Felipe IV

Felipe V y su esposa Isabel Farnesio
Felipe VI y sus hijas las Infantas