viernes, 14 de octubre de 2011

LOS ALQUIMISTAS

LOS ALQUIMISTAS
Una de las más antiguas y misteriosas actividades encaminadas a obtener oro a través de la trasmutación de los metales es la de los alquimistas.  Muchos consideran que los alquimistas de la edad media fueron los precursores de la química, y tal vez tengan razón.  De hecho creo que muchos de los exprimentos que hoy mantienen ocupados a químicos, farmaceutas y biólogos tienen mucho de parecido con los ensayos de los alquimistas.
Pese ser una ciencia muy antigua su época de florecimiento fue la Edad Media  a partir del siglo XII, y se seguía practicando aun cuando clandestinamente hasta el siglo XVII.
Los alquimistas en sus oscuros laboratorios o cocinas se empeñaban en experimentos encaminados a lograr transformar el plomo, el mercurio y otros metales en oro.
Pero estudios más profundos revelan que los alquimistas no solo perseguían la trasmutación de los metales, sino algo mas espiritual: la trasmutación de la conciencia, y el mejoramiento del ser humano. Otros buscaban la fórmula de la eterna juventud, tema que trataremos en otra oportunidad.
Para lograr esa trasmutación creían necesario encontrar la "piedra filosofal" o piedra de la sabiduría que debería de estar presente en las mezclas y aleaciones que preparaban en sus cocinas y laboratorios.
Esta es en apretado resumen la historia de los alquimistas. Todos suponen que nunca lograron su objetivo de trasmutar otros metales más vulgares para convertirlos en oro
Pero, para muchas personas del Paris medieval del año 1382 era indudable que un personaje si pudo lograr esa misteriosa trasmutación.
Ustedes podrán creer o no la historia que va a continuación. De hecho mucha gente la creyó, pero mas adelante se silenció este caso del cual solo se encuentran referencias en viejos y polvorientos archivos parisienses. Se sabe además que Hitler tenía especial interés en averiguar por este caso dada su afición al oro y a todo lo esotérico y que por ello encomendó a expertos investigadores que indagaran por el Parios en ese momento ocupado por sus vandálicas tropas. Esta es una historia muy poco conocida que los podrá a pensar si de verdad un alquimista llamado  Nicolás Flanel logró esa trasmutación.
Nicolas Flamel (1330 – 1418)
Flamel nació en Pontoise, Francia, y se estableció en Paris modestamente, primero como escribano y luego como librero.
Vivió una historia excepcional a raíz de un sueño en que se le apareció lo que él calificó como un ángel, que tenía un libro en la mano, y que elángel le dijo: " Flamel mira este libro. Usted no entenderá su contenido, pero un día usted y solo usted lo encontrará y conocerá su contenido". Flanel contó que se trataba de un libro excepcional: Las pastas eran de cobre tallado, las hojas eran de pergamino especial. En la primera página en letras de oro, se leía el título: "Abraham el Judío, príncipe, sacerdote, astrólogo y filósofo" Fascinado, Flamel trató de tomar el libro, pero el ángel desapareció junto con el fabuloso libro. Flamel despertó y consideró que había recibido una revelación.
Obsesionado Flanel se dedicó por varios años a buscar ese raro libro que solo vio en su sueño. Para facilitar su búsqueda abandonó su profesión de escribano y abrió una librería en la cual compraba y vendía libros.
Un día llegó a su librería un mendigo y le ofreció un curioso libro.  Flamel reconoció que era precisamente el libro que años antes le había mostrado el ángel.  Sin dudarlo, lo compró y se dedicó a la lectura. Pudo comprender las primeras páginas escritas en latín y de esas páginas entendió que el tema del libro era una instrucción para la transmutación de los metales. Pero el texto principal estaba escrito en hebreo. Flanel  no sabía ni de alquimia ni mucho menos el idioma hebrero.
Para encontrar la clave de acceso al texto, Flamel y su esposa Pernelle se dedicaron a buscar un conocedor de la legua judía. Pero los judíos habían sido expulsados de Francia y era necesario viajar a España en donde se habían refugiado los judíos.
Flanel se vistió de peregrino, tomó el famoso camino de Santiago y logró en León  conocer al maestro rabino Canchez quien se emocionó al tener en sus manos el libro de Abrahán. El Maestro Canches reconoció que era idioma hebreo de los tiempos de Moisés e interpretó los símbolos originarios de la antigua Caldea, pero solo alcanzó a traducir las primeras páginas pues murió sin terminar su traducción.
Cualquier otra persona ante tantas dificultades hubiera desistido, pero la obsesión de Flanel le obligó a dedicarse el mismo a traducir las páginas faltantes, lo cual logró con  base en las páginas traducidas por el rabino Canches. Obtuvo así el conocimiento para encontrar la piedra de la sabiduría. Con esos conocimientos instaló su cocina - laboratorio y entre pailas, retortas, hornos, azufre, azogue, plomo y otros metales fundidos en presencia de la piedra de la sabiduría o piedra filosofal se dedicó a sus experimentos.  
Por fin  tres años más tarde, en enero de 1382, Flamel logró un primer éxito: logró transmutar media libra de mercurio en plata. Este ensayo le abrió las puertas para seguir ensayando en busca de trasmutar metales vulgares en oro.
Pocos meses después Flanel logró producir oro puro. Conforme a la tradición histórica, Flamel hizo sólo una transmutación, pero en tal cantidad que fue suficiente para que este pobre librero se convirtiera de repente en un hombre inmensamente rico, caritativo y religioso. Los registros e historias de esa época, informan que Flanel y su esposa Pernelle, hicieron donaciones a 14 hospitales, tres capillas y siete iglesias en las ciudades de París y Boulogne y también que auxiliaban a todos los pobres de su barrio. Todas estas donaciones están documentadas en Archivos del Estado y de la iglesia .
Los rumores de la repentina riqueza de Flanel llegaron a oídos del rey Carlos IV, quien ordenó a su ministro Cramoisi, investigar el asunto. Como Flanel  no volvió a producir oro, las investigaciones ordenadas por el rey no prosperaron.
Años después el Rey Luis XIII quiso conocer lo relativo a los descubrimientos de Flanel pero tampoco logró resultados.
El famoso cardenal y ministro Richelieu consiguió por medios desconocidos, acceder al libro de Abraham el Judío. Hizo construir un laboratorio en el castillo de Rueil, el que Richelieu visitaba con frecuencia para leer los manuscritos del maestro y tratar de interpretar los jeroglíficos sagrados. Pero lo que un sabio como Flamel solo había sido capaz de entender después de veintiún años de estudios no pudo ser  accesible a un político como Richelieu.
El conocimiento de las mutaciones de la materia, de la vida y la muerte, es más complejo que el arte de la planificación de estrategias o la administración de un reino. Las investigaciones de Richelieu no dieron resultados.
A la muerte del cardenal, todos los rastros del libro se perdieron. Dicen que existió una copia en Milán pero también desapareció.
El misterio es: ¿ la repentina riqueza de Flanel se debió a que logró la transmutación del plomo y el mercurio en  oro?. Así lo creyeron los alquimistas.
Nicolas Flamel murió en el año 1418 y su suntuoso funeral se efectuó en la iglesia de Saint-Jacques la Boucherie. Su lápida lleva esta inscripción, elegida por él mismo: " Vine de la tierra y a ella retorno" la cual ahora se encuentra en el Museo de Cluny. La casa medioeval se conservó en una apacible calle de Paris hasta hace poco.  El oro sigue obsesionando a los humanos que en esta época no recurren como los alquimistas a cocinas y retortas, sino como banqueros, corredores de bolsa, políticos, etc., que tienen la habilidad de transformar simples papeles en oro y riquezas.

Labratorio de un alquimista                                                   El Libro de Abraham

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