viernes, 28 de octubre de 2011

ELOGIO DE LOS TERCOS

LOS TERCOS...SSS
"Lástima que xxxx sea tan terco.."  "!! terco..¡¡ le gritamos al hijo terco. " "....imposible hacerlo cambiar,... es tan terco...", con expresiones similares nos referimos a los tercos, y muchas veces usamos ese calificativo peyorativamente, como si fuera un defecto.
Comúnmente confundimos la terquedad defecto con  la terquedad virtud. Como estoy convencido que gracias a los tercos, a los  grandes tercos, la humanidad ha progresado, me propongo hacer el elogio de los tercos. Hablo con autoridad en la materia, pues me toca lidiar con tercos que a su vez tienen el descaro de calificarme injustamente de ser terco. Tercamente afirmo que NO soy terco.
La posición ambivalente del calificativo TERCO se debe también a los sinónimos y significados que nuestra lengua le da a ese adjetivo que muchas veces se vuelve sustantivo.
Los diccionarios definen al Terco " como  pertinaz, obstinado, irreducible y tenaz, (la palabra tenaz que los jóvenes de ahora la han desfigurado para hacerla sinónimo de cansón), porfiado, tozudo, testarudo, o temoso". ( por "temoso" entiendo que es aquel terco que se dedica a hablar siempre sobre el mismo tema, como ciertos columnistas monotemáticos que nos cansan).
Vemos entonces que el mismo diccionario se presta para que la terquedad pueda ser defecto de los cansones o virtud de los persistentes.
Salgo entonces en defensa de los tercos, de los obstinados en defender sus ideas y sacar adelante sus proyectos superando todas las criticas y venciendo todos los malos augurios que los pesimistas lanzan a las ideas nuevas.
Acá va mi defensa de los tercos ejecutores de obras, de los "cabezotas" como les dicen los españoles.
Grandes tercos: Encabeza la lista de los grandes tercos un misterioso marinero a quien se le metió en la cabeza la idea de que la tierra era redonda y que podría navegar rumbo occidente para llegar al  oriente, Katay, la India, y naciones de las cuales los europeos solo tenían  noticias más cercanas a las fabulas que a las realidades.  Este navegante cabezotas, recibió desprecios, burlas y negativas a su plan de viajes de descubrimiento, pero como era terco clase A, no desistió hasta convencer a la reina Isabel (al rey Fernando que era ambicioso pero  muy tacaño nunca lo puso convencer) para que autorizara y financiara la expedición de los descubrimientos. Se embarcó y tercamente siguió navegando en sus pequeñas carabelas de madera sin  aceptar devolverse como todos sus tripulantes lo pedían pues pasaban las semanas y nada que se encontraba tierra. Gracias a su enorme terquedad Colon descubrió América.
Otro gran terco fue Don  Quijote, que aun revolcado por las haspas de los molinos de viento seguía atacándolos pues tercamente veía gigantes.
Tercos han sido muchos escritores famosos a quienes editoriales ciegas les negaron insistentemente el editar y publicar sus libros. A la autora de la saga de Harry Potter, J.K. Rowlings nueve editoriales diferentes menospreciaron su obra, no la consideraron vendible.  Hoy la Rowlings es una de las  mujeres más ricas gracias a las regalías que le brindan sus menospreciados libros.
Otros entre muchos más escritores rechazados pero exitosamente tercos por vía de ejemplo son George Orwell, autor de El Gran Hermano y Rebelión en la Granja pues los editores dijeron que no era vendible un libro  de historias de animales". Pero Orwell es terco categoría A,  tercamente insistió y por fin pasó al podio de la fama.  O John Grisham, que no bajó la cabeza ni se deprimió pese a que sufrió 26 rechazos de las editoriales a sus libros. Hoy todos conocen y compran ávidamente las novelas de Grisham, o  han visto películas basadas en sus obras?. Grishan buen terco no se dio por vencido.
Si no fuera porque han existido científicos e investigadores tercos, no tendríamos los remedios salvadores para muchas enfermedades, aparatos, fórmulas químicas que solo con la terquedad de seguir experimentando y superando fracasos lograron culminar exitosamente.
Tercos fueron Galileo, Copérnico, Servet, que tercamente desafiaron a la inquisición para mantenerse firmes en sus ideas y descubrimiento. O Giordano Bruno y muchos maravillosos herejes que no dudaron en irse a la hoguera por seguir tercamente predicando sus ideas.
Igualmente fueron tercos Darwin, Newton, Einstein, Sajarov, Max Plank.  Y tercos son todos los disidentes políticos de la antigüedad y la actualidad. Y tercos son los genios de la informática encabezados por Bill Gates
También hay naciones tercas, y se citan entre ellas a los vascos, aragoneses, palestinos, chechenos, irlandeses, tamiles y kurdos.
Hay profesiones y actividades muy propias de los tercos, entre ellas las de los marinos pues además de Colon fueron tercos Magallanes, Vasco de Gama, y los exploradores del Ártico y la Antártica.  Y también los pioneros de la aviación que gracias a ser tercos lograron volar.  Entre los aviadores nuestros y tercos debemos citar a Camilo Daza que se emperró en traer de Europa su avión de madera y lona, que se lo decomisaron en Maracaibo, que insistió y logro traerlo a Cúcuta en donde lo armó, que lo llevó y logró aterrizar en Pamplona en la única vez en que un avión logró aterrizarlo destrozado en dicha ciudad, para que luego tercamente reconstruirlo.
Una actividad que solo admite tercos es la minería. Pese a todos los peligros, ellos siguen escarbando y penetrando las profundidades de los socavones. Los toreros tienen que ser tercos, a pesar de las corneadas vuelven al ruedo.
Hay presos famosamente tercos: dedican todos los minutos, horas y días  de su reclusión a imaginar dos cosas: como burlarle los honorarios a su abogado y como escaparse de la cárcel. Generalmente lo logran.
Los falsificadores de  moneda y de obras de arte son genéticamente tercos. No se pueden corregir, aman tercamente su profesión y volverán a falsificar así les cueste más años de cárcel.
Tercos en la historia también han sido muchos combatientes, los sitiadores enfrentados a otros tercos: los sitiados, ejemplos como la famosa Massada de los judíos y romanos,  los sitios de Zaragoza, o de nuestra Cartagena.  O guerrilleros como el famoso español El Empecinado que tantas molestias le causo a Napoleón.
También tenemos políticos y líderes que alcanzaron fama y triunfo gracias a ser enormemente tercos, citemos a Nelson Mandela, a Mahatma Gandhi y entre nosotros gracias a Dios tenemos un gran terco: Álvaro Uribe.
Tercos fueron los lideres liberales de la Colombia del siglo XIX y sus tercas guerras civiles en defensa de sus ideales.
Hay empresarios tercos, se quiebran y vuelven a empezar hasta consolidar su triunfo.
Defiendo a los tercos pues en un mundo en donde tantas personas no soportan la primera dificultad y desisten, los tercos persisten. Coincido con el padre Llanos quien en una de sus columnas comentaba que " el ambiente actual de adversidades y fracasos, quiebras y hundimientos de la personalidad, que coinciden con la poca capacidad para soportar lo adverso... es cuando se impone la resiliencia, esa fuerza fundamental en la vida que ayuda a superar las crisis.” La resilencia es una forma más elegante de referirse a la terquedad.

















Uribe: a Dios gracias muy terco.


 

Mandela terca firmeza                               El Ave Fenix tercamente revivía de sus cenizas

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